La alcaldesa de Talavera, Agustina García Élez, se ha referido al proyecto con el claro objetivo de “recuperar nuestro pasado para, al final, construir nuestro futuro”; una esencia que, a su juicio, guarda esta actuación con un “calibre valiente y necesario”, porque se trata que los Jardines del Prado son el gran pulmón de la ciudad. La regidora talaverana ha señalado que es “el corazón por su ubicación geográfica”, con algunos edificios emblemáticos como la Plaza de Toros o la Basílica del Prado; “el alma ligada a la cerámica tradicional que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad (PIH)” por la Unesco; con ejemplos como la Fuente de las Ranas, el Estanque de los Patos o los bancos y elementos de cerámica; y “el pulmón gracias a los 439 árboles que alberga y que hemos analizado, uno a uno, para comprobar su estado, tratar de conservar el mayor número de ejemplares y siempre siguiendo el criterio de la seguridad”.

FONDOS FEDER

Así lo ha expuesto la primera edil en la presentación de este proyecto, que está cofinanciado en un 80% por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el marco del Programa Operativo Plurirregional de España 2014-2020, que se ha desarrollado en el “Centro Cultural ‘Rafael Morales”. Además de representantes vecinales, profesionales y de la ciudadanía, han estado presentes varios concejales de la Corporación municipal; como el portavoz del Partido Popular  Santiago Serrano, y los concejales los del equipo de Gobierno, Luis Enrique Hidalgo, Flora Bellón, Montserrat Muro, Daniel Tito y Paloma Sánchez. Para Talavera hay estas fechas clave en los  Jardines del Prado se localizan en 2019; febrero cuando la Junta de Comunidades los declaró como Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Jardín Histórico, y diciembre, cuando la Unesco reconoció los procesos artesanales de la cerámica como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad (PIH).

1,3 millones de euros para el proyecto

En términos generales, la alcaldesa talaverana ha definido el proyecto como centrado en “patrimonio natural, restitución de arbolado y setos, sistemas de riego, arreglo del firme y de mobiliario urbano”, con una inversión de unos 1,3 millones de euros. Especialmente relevantes son las “sinergias que se han generado entre recuperación patrimonial y conservación del medio ambiente”. Esta transformación tiene altura de miras, ya que se trata de un proyecto político de “largo recorrido y con un horizonte amplio”, de los que denotan que “el resultado merece la pena”. Así lo ha manifestado la primera edil, apoyándose en una obra cercana a un entorno natural “envidiable”, junto al río Tajo, y que integra a la Basílica de Nuestra Señora del Prado. Proyectos de esta envergadura necesita también de la “implicación y complicidad” de la ciudadanía, Por eso, ha concluido, estos jardines colaboran en la normalización del “microclima”, en la purificación del aire de la ciudad, el control de los ruidos y el bienestar de la población.