GORDIAS Y EL INICIO DE CURSO

No entraba dentro de los planes de Gordias ser rey. Lo normal para un humilde labrador era estar pendiente de la cosecha y de sus animales.
GORDIAS Y EL INICIO DE CURSO
Carlos Santos Moreno
Carlos Santos Moreno

No entraba dentro de los planes de Gordias ser rey. Lo normal para un humilde labrador era estar pendiente de la cosecha y de sus animales. Pero, por esos giros del destino a los que nos tiene acostumbrada la mitología griega, el oráculo comunicó a los frigios que el próximo rey de Frigia (actual Turquía) sería el primer hombre que entrara subido a un carro tirado por bueyes por la puerta este de la ciudad. Y hete aquí que nuestro amigo hizo, sin él saberlo, la entrada triunfal. Los frigios eligieron rey del país a Gordias, quien fundó una nueva capital con su nombre. Como de buen nacido es ser agradecido, el nuevo rey ofreció su carro a Zeus, dejándolo atado en su templo. Tan elaborado era el nudo, que los cabos de la soga quedaron escondidos en su interior. El propio oráculo estableció que quien deshiciera el nudo conquistaría toda Asia.

Durante siglos, los sacerdotes de Zeus guardaron con celo el carro y su nudo; hasta que Alejandro el Magno, en sus conquistas hacia oriente, escuchó la leyenda y quiso ver y probar. Y probó, pero el nudo seguía resistiéndose como el primer día. Por lo que el magno conquistador, desenvainó su espada y cortó el nudo con el filo de su impaciente ambición, para poder seguir con sus invasiones. Por supuesto, por no molestarle, nadie protestó.

Hoy en día, con nudo gordiano nos referimos a un problema de difícil solución, y romper el nudo gordiano a resolver tajantemente y sin contemplaciones dicho problema. Supongo que todos ustedes sabrán cuál es el nudo gordiano que nos trae de cabeza a la humanidad entera. La mitología griega siempre tan actual.

No me negarán que, ante el inminente e incierto inicio de curso, nos enfrentamos a un nudo gordiano bastante complejo. Los docentes defendemos la necesidad de que los niños/as se incorporen a las escuelas e institutos; la educación presencial es insustituible, sobre todo, cuando la experiencia digital ha aumentado más aún las desigualdades sociales que nuestro país y nuestro sistema educativo tienen; además de las carencias que tiene la enseñanza a distancia con respecto a la otra.

Queremos que comience el curso, queremos ver a nuestros alumnos/as en sus pupitres, escucharles, hablarles, jugar, reír y llorar con ellos… Poner en marcha el maravilloso engranaje de la enseñanza. Tal y como lo hemos hecho siempre. Lo haremos con mascarilla, gel hidro - alcohólico y con todas las medidas de seguridad humanamente posibles. Nuestro esfuerzo y compromiso para desatar el nudo es indudable.

Pero, como estamos comprobando, todavía a día de hoy, desde las administraciones educativas (estatales y autonómicas) se ve poco ahínco por desanudar. Sus indicaciones están siendo confusas y, en algún caso, contradictorias, dejando casi todo el peso a los colegios e institutos. Cuando digo peso, me refiero al establecimiento de protocolos de actuación (en algunos casos contrarios al propio derecho a la educación); pero también a la responsabilidad. Somos docentes, educadores, enseñantes, psicólogos,  animadores, maestros y maestras… no somos enfermeros, ni médicos, ni políticos, ni jueces. No se nos puede demandar aquello para lo que no estamos preparados. Por ello, es justo pedir, exigir, a la administración que, de forma coordinada y coherente, establezca todo tipo de medidas y escenarios, que invierta el dinero necesario, que contrate personal, que exprima su responsabilidad de gestión, (para eso les ponemos en el escaño), para permitir a nuestros niños/as ejercer su derecho constitucional a una educación de calidad y, en este caso, con todas las garantías sanitarias.

Sabemos que la situación y las decisiones a tomar son complejas, sobre todo, con un virus tan desconocido y cambiante. Pero se les demanda que sean responsables y profesionales, que ayuden efectivamente a intentar desatar este nudo gordiano, hasta que, esperemos que lo más pronto posible, el filo de una vacuna efectiva, lo rompa para siempre y reconquistemos nuestra salud.