Los Cuatro Virus

No soy Fernando Simón, ya quisiera yo, pero acierto a percibir en España, últimamente, por lo menos  cuatro virus.
Jesús Pino Jiménez
Jesús Pino Jiménez

No soy Fernando Simón, ya quisiera yo, pero acierto a percibir en España, últimamente, por lo menos  cuatro virus. El primero es el coronavirus, no sé si por casualidad habrás oído hablar de él. Poco que decir, que los científicos y los médicos y los enfermeros, a los que Dios guarde muchos años, nos libren de él, que seguro que lo harán, y el homenaje de mi cariño más profundo a los que han perecido bajo sus garras, en general mayores, a los que tanto debemos. El segundo es el virus de la corona, que tiene unos síntomas muy claros y una curación complicada. Por fortuna, afecta sólo a un segmento reducido de la población, a unos pocos privilegiados. Suelen ser gente de clase alta, altos ellos, bien parecidos y alimentados, y cursa como una insaciable ambición de hacerse con riquezas, aunque sean ilegales, que luego no van a poder disfrutar y que incluso sus hijos van a rechazar como herencia. Uno de los problemas añadidos que tiene esta tipología  es que contagia a políticos que se niegan a aceptarlo o a investigar su recorrido, con lo cual difícilmente podremos erradicarlo, porque los males, como es de todos conocido, no se pasan escondiéndolos debajo de la alfombra. El tercer virus, si vas llevando la cuenta, es el del independentismo, que no es moco de pavo. Se localiza solamente en una región, perdón, en una nacionalidad de nuestra querida tierra y tiene aproximadamente a un cincuenta por ciento de la gente de la zona infectada. Los que lo padecen aguantan de todo, incluso a un presidente impresentable que pone, por encima de lo que ahora nos ocupa, las mezquindades de sus intereses pueblerinos. Los que estamos fuera no sabemos qué más hacer, les decimos que los queremos, y es verdad, que no se marchen de nuestro lado, que nos cuidaremos entre todos como mejor podamos, pero ellos, insensibles, rechazan nuestras atenciones y así no sabemos dónde vamos a llegar. Y el cuarto virus, si es que todavía me sigues, dime que sí, el cuarto virus es la leche y se manifiesta de muy diferentes maneras. Lo sufren los que salen a los balcones a aplaudir a los sanitarios que se están arriesgando por todos nosotros, lo sufren los mismos que son aplaudidos y todos los que tienen que ir al trabajo para que los demás sigamos viviendo, los transportistas, los de las pequeñas y grandes superficies, los que hacen radio, los de la tele, los maestros desde sus casas, los padres con sus hijos, los que limpian las calles, los músicos que nos consuelan desde cualquier plataforma, los poetas que nos escriben, los gobernantes que han entendido que ahora hay que ponerse de acuerdo, los jóvenes que se ofrecen de voluntarios para atender a sus mayores, las mujeres, siempre las mujeres, que son la clave para que sigamos tirando, las hijas que atienden a sus madres, las madres que atienden a sus hijos, las mujeres …, los que se estrujan el cerebro para animarnos en estos momentos, los creativos, los que nos han hecho ver que estamos en un país estupendo, con gente muy valiosa que es capaz de salir, con humor e imaginación, de cualquier atolladero. Contra este virus , el cuarto, que nadie invente vacuna, que nos siga infectando por los siglos de los siglos. Amén.