Hay bombas de racimo; hay jardines sin flores; hay música de fondo; hay tambores de guerra y sirenas que avisan de un nuevo bombardeo; hay desfiles de gritos; hay niños que no encuentran el rostro de sus madres; hay un tanque que cruza un parque con columpios; hay estrellas fugaces que explotan las aceras; hay miedo en los tejados; hay un último beso en aquella frontera; hay trenes a otra parte; hay maletas perdidas; hay bares sin clientes; hay anuncios de ropa en las tiendas cerradas; hay cristales partidos; hay un viejo colegio que no tiene paredes; hay dolor en los ojos; hay jóvenes que tienen un arma entre sus manos; hay entierros sin nadie; hay libros sin palabras; hay más de un reportero que cuenta su noticia; hay sangre en las costuras; hay países que miran siempre hacia el mismo lado; hay petróleo en el aire y óxido en los huesos; hay sucios intereses; hay Sáhara y Melilla; hay Siria y Palestina; hay muchos olvidados que a nadie le interesan; hay discursos de odio; hay bombas nucleares; hay tantos refugiados que precisan consuelo; hay demasiados hay y muy poca esperanza.