La fría estadística

Millones de ciudadanos estamos siendo testigos de su ineptitud en tiempo real
Juan José Gómez-Hidalgo
Juan José Gómez-Hidalgo

Hace 15 días decíamos que no teníamos perspectiva. Hoy, cumplida una cuarentena aislados en nuestras viviendas vamos atisbando algo más. Concluía la anterior columna hablando de incompetencia y decía que se terminará probando la negligencia de los que nos gobiernan. Tendrán que responder a preguntas, tendrán que someterse a la investigación más seria y contundente de nuestra democracia. Ya no sirven paños calientes ni esconderse bajo el ala de la imprevisibilidad. A estas alturas, la gestión de esta crisis sin precedente se ha convertido en la chapuza del milenio. Hablo de nuestros gobernantes, los de la nación y también los de nuestra región. Yo acuso. A los primeros, negligentes e incompetentes y quién sabe si con dolo, por no articular medidas preventivas y de contención cuando ya conocían lo que se venía encima. A los segundos, pasivos y dubitativos, básicamente por venirles grande el problema. Otros líderes regionales han demostrado y salta a la vista, mucha mayor empatía, seriedad, eficacia, en definitiva, liderazgo.

La fría estadística es concluyente, aplastante, no deja lugar a dudas. Millones de ciudadanos estamos siendo testigos de su ineptitud en tiempo real. El principio de Peter (Peter 1969) definió que todo el mundo alcanza en algún momento su nivel de incompetencia al ir ascendiendo de posición. Probablemente los que nos gobiernan lo alcanzaron cuando pasaron de ser concejales a otra cosa. El problema es que en nuestra Política Patria hay recursos y procesos que les habilitan, sobre todo el voto y un sistema obsoleto que está pudriendo nuestra democracia. Es la antesala de otros cambios peores.

No es necesario entrar en detalles de números. Están publicados. Sólo cabe preguntarse ¿por qué en otros países a los que también llegaron vuelos con gente infectada y aparecieron brotes se ha conseguido minimizar el impacto y por qué aquí no? ¿Por qué solo la provincia de Ciudad Real, por cierto no colindante con Madrid, tiene más muertos que muchos países de nuestro entorno en términos relativos? Tendrán que responder ellos, los que han tomado las decisiones o las han dejado de tomar. Si otros han podido o sabido, en España también teníamos las mismas opciones y posibilidades. ¿Alguien se atreve a cuestionar esto? Si a ello se osa, que sea con datos, con argumentos. Concedemos el beneficio no de la duda, sí de la prudencia.

Los grandes líderes y gestores, son esos que viven la Política hacia dentro, no hacia fuera, que están donde están por méritos de verdad, no por plagios ni discursos dados con la mano metida en el bolsillo; esos que hacen de la coherencia su bandera, de la eficacia su guía y el bienestar de su pueblo, su razón de ser. 

No son cortoplacistas, ni vendedores de humo, ni lectores de discursos que les escriben otros, ni rehuyen la responsabilidad, ni son cobardes ni altaneros. Los mejores son por contra, los que se rodean de gente mejores que ellos, los que tienen una profesión y la han ejercido, los que tienen vocación por ayudar y trabajar por los demás, los que no quieren poder sino ver a la gente feliz, los que están para servir y no para servirse. Es una de nuestras grandes, sino más importante, asignaturas pendientes. Nuestras vidas, nuestro futuro depende de éstos que toman decisiones para velar por nosotros. En España, necesitamos un nuevo despertar, que ojalá venga después de esta involución. Pero un despertar no para más de lo mismo, sino para algo totalmente diferente.