Estamos

Aunque son horas de balances busco entre las cenizas de este año, esos días legendarios. 
Juan Piombo Mendizábal
Juan Piombo Mendizábal

Siempre y a lo largo de los años he ido experimentando distintas situaciones que bordearon los límites en muchos aspectos.  Comentó en una entrevista el escritor  José Luis Borges: “las situaciones límites, son tan ridículas como poéticas”, y mirando a través de la ventana a esa gente pasar con mascarilla y cabizbaja, “como perdonando al viento” (escribió el cantautor Piero), veo sin lugar a dudas eso de lo ‘ridículo y poético’, pero se ve claramente el acobardamiento con esta triste realidad que nos ha tocado vivir en este fatídico año que ya habían anunciado de alguna manera los Mayas o que dejaba caer el horóscopo chino allá por los comienzos de este innombrable. Ahora sepan disculpar mi templanza un poco negativa y alterada, pero si a esto le sumamos que estamos en  navidades, afloran distintos sentimientos de melancolía y recuerdos, comeré con algún “allegado”… bueno una nueva ocurrencia de una saga de bienaventuradas y clarificadoras ideas. Pero la verdad que no podré ver a los míos, vaya por delante amigos y familia, en primer lugar por responsabilidad y en segundo por cuidarme y cuidar al resto, créanme que no hay muchos cohetes para tirar, ahora eso sí, agradeciendo que estamos, que no es poco.   

Aunque son horas de balances y busco entre las cenizas de este año, esos días del legendario Resistiré, el de los aplausos, de mi niña, mi chica y las miradas profundas que dicen lo que no se dice, mis padres, mi familia, de las horas muertas y de las vivas, del trabajo remoto, del redescubrir lo descubierto, los lectores, la gente, el miedo, la esperanza, el planeta, los hechos y los deshechos, la solidaridad, las imágenes,  los queridos sanitarios, los denotados y ahora imprescindibles científicos, los hospitales, los mayores, las residencias, Políticos, Chinos, Murciélagos, Virus y la Madre que los Parió a éstos. Busco sin duda la vida, que cuido, que adoro y que quiero y todo entre estas cenizas de un año que recordaremos y que a Dios gracias se va.

Ahora bien, viéndome en lo ridículo y lo poético, en lo vulnerable de esta sociedad que es presa del miedo y a la vez busca esa comunión con los que nos rigen, un atisbo, una soga, una esperanza, cuando se pide unión y solo nos encontramos hablando con el enemigo, aprovechados del sistema para cambiar reglas, en momentos donde las preocupaciones de la sociedad está nada menos que en la vida o muerte, esto es sin duda lo ridículo que nos ha tocado. Pero pienso también en la entrega, en la esperanza, en lo poético que hay sin lugar a duda en los enfermeros, médicos, camioneros, cajeras, repartidores, niños, adolescentes, mayores, madres, padres e hijos de una sociedad comprometida, expectante de un mañana mejor, de esta señal que no debemos dejar pasar. Feliz Navidad amigos, familia, lectores. En mi nombre y el de la redacción os queremos desear felices fiestas e ir despacito, con buena letra en el 2021 que será mejor, ya veréis. Desde mi corazón, que Dios nos bendiga.