El otro día me desperté, como de costumbre de madrugada, con ganas de ir al baño. Tras caminar a oscuras sorteando juguetes de mi hijo por el suelo y demás objetos inservibles, me senté en el váter, y en medio de la silenciosa inmensidad de la noche tuve una especie de revelación. Soñé que los políticos se ponían de acuerdo de una vez por todas y que, por supuesto, no volvíamos a ir a unas nuevas elecciones; que la recesión económica era tan solo un cuento para niños, que tenía siempre final feliz; que nunca se habían sentado en la misma frase las palabras “Trump” y “presidente”; que mi padre aún vivía y que seguía comprobando cada mañana en el periódico del bar si le había tocado la Primitiva; que la contaminación era un recuerdo y la noche era un manto de estrellas a lo lejos; que al fin acababa esa novela, que se escondía en el fondo de un cajón; que mis vecinos de arriba habían dejado de dar gritos y ahora no paraban de hacer el amor; que aquel coche se había detenido en el paso de cebra y mi perro aún ladraba de alegría; que los libros sanaban y no había nadie solo en un cuarto a escondidas; que la risa era un barco donde andar por la vida; que no había calendarios ni relojes que asustan cada lunes temprano; que tu cuerpo era el mismo que abracé en los portales; que la ruina era un verso sin un final abrupto; que no había ya más móviles y los ojos volvían a mirar a otros ojos; que de pronto las calles se llenaban de besos como lluvia desnuda; que los bancos reían y ayudaban al pobre; que “cáncer” solo era una palabra llana; que llamaba por teléfono de una vez a ese amigo; que mi hermano volvía en avión de Polonia; que llovía y te abrazaba para que huyera este frío; que no había pares ni nones, ni acertijos que asustan; que el futuro y la duda eran voces contrarias; que regresaba a mi cama en mitad de la noche y, colorín colorado, este cuento acababa.
Cuento para niños
Soñé que los políticos se ponían de acuerdo de una vez por todas y que, por supuesto, no volvíamos a ir a unas nuevas elecciones; que la recesión económica era tan solo un cuento para niños, que tenía siempre final feliz...
21/October/2019